lunes, 17 de agosto de 2009

OLIVIA Y LA DAMA BLANCA


Cuenta la leyenda que hace muchos años, en el centro de la península ibérica, existió una bella doncella llamada Olivia, que soñaba encontrar algun dia a su principe azul.
Vivía en un palacio de cristal regentado por la reina Claudia y su amado rey, David.

Su señora...la reina madre, la trataba como si de su propia hija se tratara, pues no pudo hacer su sueño realidad, el de haber traido al mundo una hembra.
Tenía dos hijos Alejandro y Marcos.
Alejandro estudiaba fuera del reino, y apenas si veía a sus padres, se decía de él que era un buen muchacho, educado...buen estudiante...y muy cariñoso con todo el mundo, y sobre todo siempre atento a las personas mas necesitadas.
Él era el pequeño, por lo tanto no heredaría la corona.
Sin embargo el futuro rey, el príncipe Marcos, era todo lo contrario, egoísta...envidioso...maleducado...y cuando la gente le pedía ayuda, siempre les daba de lado...é incluso en mas de una ocasión su látigo dejó marcas en la piel de mas de uno.

El pueblo temía que llegara la muerte del rey, pues no querían que le sucediera su hijo Marcos.
Todos hablaban de Alejandro como el perfecto futuro rey, pero no podía ser.


Cada noche después de cenar, y después de haber ayudado a prepararse para dormir en sus aposentos a su señora, la reina....Olivia se íba a pasear por el hermoso lago que rodeaba la campiña.
Cada noche antes de ir a dormír Olivia daba un paseo hasta el gran lago, de aguas cristalinas y aromas que dejaban frescas fragancias a las flores silvestres que habitaban a su alrededor.

Olivia era una enamorada de la luna, le fascinaba observar a esa bella dama blanca en su plenitud, y mas de una vez mirando a su bella luz, pidió un deseo.
Su compañera incondicional...nuestra luna, velaba por ella.
Desde que quedó huérfana...la dama blanca siempre sintió un cariño muy especial por esa dulce niña.
Su alegría fué inmensa cuando la reina quiso hacerse cargo de ella, dandole una familia...que la aceptó como una mas.
Olivia adoraba a la reina...como si fuera su autentica madre.
Tanto era así, que deseaba algun dia ser como ella, aun sabiendo que eso jamás podría ser, pues ella no llevaba sangre azul en sus venas.

Una noche sentada en el borde del lago, se puso a cantar...con una voz tan dulce que los conejillos...ardillas...y demás bichejos se acercaron a ella para escucharla y allí se quedaron sumidos en su melodía, mientras la dama blanca, la observaba con gran cariño, con devoción.
De repente, se escucharon las espuelas de unos caballos acercandose, Olivia no se dió cuenta, pues seguía en su cántico, pero los bichejos huyeron llenos de pánico.
La luna al ver que su dulce niña se encontraba en peligro...sacó su lado oscuro, maligno...
y en un momento la dama negra hizo acto de presencia.
El bosque quedó en una oscuridad total, Olivia pegó un grito y la luna la acunó y entre susurros la tranquilizó dando tiempo para que aquellos guerreros que habían invadido su espacio siguieran su camino sin hacerse eco de su presencia.

La luna volvió a sacar su bella cara plateada para iluminar su querido y amado bosque, el que siempre estaba lleno de belleza, y nunca de maldad.

Olivia se sintió tan agradecida a su luna que prometió que siempre la llevaría en su corazón, allí donde estuviera.
Esta le preguntó cual era su mayor deseo, y Olivia aunque ruborizada, se lo contó.

_ Mi querida dama blanca, mi mayor deseo sería encontrar un príncipe azul que me convierta en princesa y vivir en un palacio tan bonito como en el que vivo, pero ser yo la princesa.
_Querida niña, sabes que eso es muy dificil de conseguir.
En este reino solo existe un príncipe que vaya a heredar la corona, y no creo que tu quisieras ser su princesa.
_ No no yo no quiero eso, Marcos es una persona ingrata, malvada, sin corazón, y yo si alguna vez llegara a ser princesa...ayudaría a los pobres, y a todos los que me pidieran ayuda.
_ Entonces como crees que puedo ayudarte, mi querida niña?

Olivia se quedó triste dandose cuenta de que ese sueño jamás podría hacerse realidad.
La luna la miró y vió sus ojitos tristes...llorosos...y pensó...y pensó, pero no tuvo respuesta, se dió cuenta de que por una vez no era tan poderosa como todos creían.
Tan solo le dijo algo.

_Olivia, no creo que yo pueda ayudarte en eso, pero estoy segura de que lo vas a conseguir, y no me preguntes como, pero algo me dice que así será.
_ Como lo sabes?..
_ Es algo que intuyo, y se que tu serás una bella princesa, junto a un príncipe lleno de amor hacia ti...bondadoso y algun dia el mejor rey que haya tenido su reino jamás.

Olivia se quedó admirada viendo a su luna como le decía aquello tan segura de si misma.
Esa noche Olivia, de regreso a palacio, vió algo que no la gustó.
Entre los arbustos pudo ver a los guerreros que habían pasado por el lago...conspirando contra alguien, pero no pudo escuchar lo que decían, pero se podía deducir que buscaban a alguien, y no para nada bueno.

Esa noche Olivia, soñó con su príncipe, al que todavía no conocía, pero que para ella era el mas bello, el mas hermoso de los mortales.
A la mañana siguiente se despertó feliz, se sentía plena, llena de ilusión.
Se acercó a los aposentos de su querida reina...y no la encontró, algo raro pasaba, porque ella siempre la esperaba para que la ayudase con sus ropas...y peinados.

Se acercó a la cocina al no ver a nadie por allí. Allí todo era un desastre, la gente estaba exsaltada, no podían creer lo que había pasado. Olivia nerviosa sin saber que ocurría pidió que la contaran que pasaba.
Los guerreros de la noche anterior habían entrado en palacio, hiriendo a dos guardias, y acto seguido entraron a los aposentos del príncipe Marcos. Lo habían secuestrado.
Olivia no cabía en sí de asombro, le habían secuestrado?...y que querían?...quienes eran?...

Nada se sabía, pero lo que estaba claro que quien fuera no le quería en el reino...y menos como futuro rey.
Habían pasado varios dias y aun no había noticias, nada sabían.
Alejandro el hermano pequeño acudió a palacio para hacer compañía a sus padres en tan duros momentos.
Olivia apenas había cruzado alguna palabra en otras visitas, pues era bastante tímido, como ella.
En este viaje si hablaron mas, debido a que se vieron durante mucho tiempo, que tuvo que estar en palacio por estos motivos.

Pasaron 10 dias y seguían sin tener noticias, la reina cada dia estaba mas desanimada, pensando que no le encontrarían vivo, pues de sobra sabía que nadie le tenía buena estima a su hijo por la maldad que le caracterizaba.
El rey sumido en una tristeza, solo sabía decir que la desgracia había llegado a la familia por su culpa, por no haberle sabido educar para ser un hombre noble y bueno, pero la culpa no había sido suya, pues la prueba estaba en que su hijo menor era todo lo contrario y los había educado a los dos igual.

Alejandro tuvo que marchar de nuevo, pues no podía dejar los estudios por mas tiempo, era el ultimo año, y debía de aprovecharlo bien para volver cuanto antes con su familia a palacio.
Éntre él y Olivia había nacido una bonita amistad, había cierta complicidad entre ellos, pero ella seguía soñando con su príncipe azul...ese que estaba por aparecer en su vida segun la dama blanca.

A los tres dias llegó un correo, bastante agitado y asustado por el mensaje que llevaba a la corte.
Habían encontrado el cuerpo del principe Marcos destrozado por unos lobos, en el monte.
La noticia cayó como un mazazo. La reina estubo dias sins alir de sus aposentos, inmersa en una fuerte tristeza que no la dejaba vivir.
El rey mandó llamar a su hijo menor urgentemente, el cual a los dos dias estaba en palacio...haciendo compañía a sus padres.

Todo el palacio se habia sumergido en una inmensa tristeza, aunque la servidumbre tuviera que aparentar tal tristeza...unicamente por respeto a los reyes, porque con ellos el principe Marcos fué cruel, nunca le quisieron, lo mismo que el resto del reino.

Olivia acompañó a Alejandro durante dias, pues estaba muy triste por el fallecimiento de su hermano mayor.
Su padre...el rey, empezó a sentirse mal de salud, debido a la pena tan grande que le embargaba, por lo que mandó llamar a su hijo y haciendo uso de su poder y en presencia de toda la comitiva...le nombró principe.
El Principe Alejandro se sintió agradecido a su padre, pero él nunca pensó ser el que heredara la corona.
Olivia estubo presente en todo momento junto a él, Alejandro sentía un cariño especial por ella, pero nunca había sido capaz de decirle nada por su timidez.

Alejandro acabó sus estudios y definitivamente se fué a vivir a palacio.
Hacia dos meses que no se veían Olivia y él, y cuando llegó Alejandro la abrazó, de una manera especial, Olivia sintió estremecerse ante aquel abrazo, pero ninguno dijo nada.

Una noche Alejandro habló con el rey, diciendole lo que sentía por Olivia, a lo que este no se extrañó pues sabía que tarde o temprano ocurriría, tan solo necesitaban tiempo. Era tal la amistad, complicidad...y ahora amor que sentía por ella que su padre ya lo había notado antes incluso de que él mismo lo supiera.

Una noche después de cenar, se fueron Alejandro y Olivia a pasear junto al lago. Desde aquella noche en que la dama blanca le dijera aquello no había vuelto, por el asesinato del principe Marcos, no vieron oportuno que saliera sola a esas horas de la noche. Pero esta noche iba acompañada, y tenía unas ganas inmensas de volver a ver a su bella dama blanca.

Llegaron al lago y ella miró hacia arriba, tuvo una sensación extraña, pareciera que la bella luna...su luna la sonriera, pero no podía ser.
Se sentaron a la orilla del lago, y allí Alejandro la cogió de la mano, y mirandola a los ojos, esos ojos negros...llenos de luz, de la luz que le transmitía en esos momentos su querida luna...le dijo que la amaba, que su mayor deseo era hacerla su esposa, si ella lo deseaba.

Olivia, sintió unas inmensas ganas de mirara a la luna, algo la llamaba su atención, y en ese momento...pudo darse cuenta de que la estaba guiñando un ojo y si, si la estaba sonriendo.
Entonces comprendió todo.
Comprendió que ella hizo posible que su reino se deshiciera de aquél ruin y malvado principe...y que nombraran a su querido Alejandro, bueno...fiel a sus principios...y que ella ahora mismo se encontrara escuchando de sus labios que la amaba.

Sin dudarlo mas, le dijo que si, que ella le había amado casi desde el mismo instante en que se conocieron, como si estuvieran predestinados a compartir una vida juntos....pero ella seguía tan inmersa en su sueño que nunca pensó que lo tenía delante de sus narices.

Regresaron a palacio, no sin antes despedirse de su luna con un beso volado y un guiño de ojos.

Allí dieron a sus padres la noticia, y la reina madre que aun no sabía nada se sintió la madre mas dichosa del mundo al ver como los dos seres a los que mas quería se unirían de por vida, y servirían al reino.

A los pocos dias se dió la noticia al pueblo...y todos gritaron de alegría, tuvieron un dia de fiesta, todo era felicidad, por fin la ley había hecho su aparición, ahora si que podrían tener un rey como dios manda.

Al mes se celebró la boda, todo el pueblo, se volcó con los novios, llevaron humildes regalos, cerdos...frutos...verduras...gallinas...todo se les hacía poco para tan bellos novios.

Olivia estaba radiante, con un vestido blanco con diamantes incrustados en el talle, y una corona con todo tipo de piedras preciosas...que su madre la reina, le regaló como bienvenida como hija real que era de ahora en adelante.

Su vida en palacio fué intachable, todo el mundo quería a la princesa Olivia, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara, incluso a llevarlo a palacio si era necesario para darle un plato de comida.
Alejandro fué muy feliz junto a esa mujer que conoció como si fuera su hermana...y que acabó siendo su esposa, su amante esposa.

Fueron muy felices, y cada noche paseaban siempre que podian cerca del lago, y la dama blanca desplegaba sus mejores rayos plateados para que esa pareja de enamorados tuvieran luz para amarse.

La dama blanca desde entonces volvió a creer en su poder que creyó perdido, porque el sueño de Olivia se cumplió aun siendo imposible.


Olivia!!!...Olivia!!!...Olivia mira hacia arriba la llama su dama blanca?...

_ Olivia que te pasa?, ...no estas atendiendo en clase, le dice Irene su profesora.
Alejandro explicale lo que acabo de deciros.
Esta chica siempre en las nubes soñando.
_Perdón seño esque me he despistado un poco.

Alejandro la mira y le guiña un ojo.

Olivia se pregunta: acaso él estaba también en mi sueño fuera de clase?


PD: Nuca debemos pensar que todo sueño es imposible, luchemos por ello, seguramente lo conseguiremos.


"Dedicado a mi sobrina Olivia, a quien le encantan las princesas, y ella para mi lo es.
Espero que te guste cariño".